Un buen calzado y la higiene podal, indispensables para la puesta a punto de los ‘runners’

Leire Gárate, enfermera y podóloga responsable de la Unidad del Pie de Policlínica Gipuzkoa y Podoactiva, asegura que es necesario realizar un estudio biomecánico para detectar el tipo de pisada de cada runner

Con la famosa carrera popular Behobia-San Sebastián a la vuelta de la esquina, los runners continúan con su puesta a punto para esta prueba. Y para ultimar los preparativos de los corredores, la podóloga responsable de la Unidad del Pie Policlínica Gipuzkoa y Podoactiva, Leire Gárate, ofrece unos consejos sobre la importancia de una buena pisada y cómo ayudar a conseguirla.

El pie es una de las partes más complejas del cuerpo, ya que consta de 26 huesos unidos por numerosas articulaciones, músculos, tendones y ligamentos y ejerce una función vital, ya que se encarga de sostener el peso del cuerpo sobre el suelo, tanto en estático como en movimiento. “El pie no trabaja solo, es un sistema, por lo que mantener una buena pisada puede prevenir ciertas lesiones o dolores en otras articulaciones como la cadera, la rodilla o el tobillo”, declara Leire Gárate.

La podóloga destaca la importancia de una buena higiene podal y la utilización de un calzado adecuado, además de realizar un buen entrenamiento para fortalecer las musculaturas y articulaciones de las que depende la pisada.

La importancia del estudio sobre la pisada

Leire Gárate diferencia entre varios tipos de pisada dentro del ‘running’: pronadora, supinadora y neutra, pero establece que para detectarlo es importante realizar un estudio, ya que se pueden prevenir dolores y lesiones con la utilización de unas plantillas adecuadas para cada runner: “Lo primero que tenemos que hacer es conocer a la persona que tenemos enfrente a través de una buena anamnesis -entrevista en consulta-, para saber su historial clínico completo; y después realizamos el estudio pertinente, en estático y en movimiento”, explica.

La podóloga de Policlínica Gipuzkoa y Podoactiva, Leire Gárate, explica en qué consisten estos estudios: “Se deben observar los rangos articulares del pie sobre una camilla para después colocar al paciente sobre la plataforma varopodométrica, que se utiliza para medir los puntos de presión de los pies. Por último, se graba al corredor con el Kinovea, un programa para el análisis deportivo, tanto descalzo como calzado, así como andando en nuestra pista exclusiva de 20 metros. Finalmente, con toda esta información, nuestros ingenieros de Podoactiva fabricarán una plantilla en función de sus características, teniendo en cuenta además la altura, y el peso”.

Pronadores, supinadores y neutros

“Por ejemplo, los pronadores tienden a juntar las piernas al caminar -explica Leire Gárate- y realizan la pisada con la parte interior del pie. A través de un estudio de la pisada se podrían evitar muchas meniscopatías en su caso”.

“La rodilla siempre realiza los movimientos de flexionar y extender. En el caso de la pisada pronadora, cuando los pies se meten un poco hacia dentro, la rodilla deja de realizar su movimiento de forma correcta y recae sobre el menisco, que se flexiona y se desgasta aún más”, detalla Gárate, quien insiste en que este tipo de pisada genera muchos problemas de rodilla, ya que se pierde estabilidad.

Los supinadores, por su parte, inclinan el tobillo a la hora de pisar y la pisada tiene un mayor impacto en la zona exterior del pie: “Hay que evitar ciertas posturas o posiciones del pie que puedan tener un mayor riesgo de esguinces”, afirma Gárate, sin olvidar que no curar este tipo de lesiones de forma correcta puede acarrear problemas en un futuro.

Por último, estaría la pisada neutra o biológica, que sería la adecuada. “En estos casos -afirma Leire Gárate- se hace una pequeña supinación hacia fuera y una ligera pronación hacia dentro, para finalmente despegar el pie del suelo por la primera articulación. Sin embargo, poca gente lo tiene así, porque nuestro cuerpo es asimétrico y, por lo tanto, los dolores van a ser consecuencia de cómo esté estabilizado o compensado”, concluye Gárate.

Un calzado adecuado y una buena higiene podal

En cuanto a las zapatillas, la podóloga de Policlínica Gipuzkoa apunta que “lo más importante es que las suelas del calzado no estén desgastadas y que dispongan de la amortiguación necesaria en cada caso para evitar un mayor impacto sobre las articulaciones como el tobillo, la rodilla y la cadera, que derivará en un menor número de lesiones”.

“Mucha gente desconoce la función del agujero superior de las zapatillas deportivas, pero es muy importante, ya que se utiliza para tener una mayor sujeción en el pie y en el tobillo”, explica Leire Gárate como novedad. Además, recomienda que no se utilice un calzado nuevo para ninguna carrera, ya que así se evitarán rozaduras y ampollas.

Otro de los factores que enumera Leire Gárate es tener en cuenta que el calzado para correr tenga una buena transpiración, para evitar acumulo de humedad, y también llevar un calcetín adecuado. “Si existe una hiperhidrosis, es decir, exceso de sudor, vamos a evitar los calcetines de algodón, porque absorben la sudoración”, explica. Por último, lo más sencillo, pero también imprescindible, es mantener una buena higiene en los pies. La podóloga de Policlínica Gipuzkoa y Podoactiva destaca la importancia de tener unos pies secos para evitar la aparición de hongos en zonas húmedas u oscuras de la planta del pie, y también la tinea pedís, que aparece cuando no se secan bien las zonas que están entre los dedos. Gárate explica, además, que hay que mantener la piel hidratada, ya que se tiene riesgo de sufrir fisuras e infecciones.