Una cirugía cardíaca compleja para retirar la metralla del corazón
La cirugía, a cargo del servicio de cirugía cardiovascular de Policlínica Gipuzkoa duró ocho horas y ha sido un éxito.
Información práctica sobre el correcto funcionamiento de las válvulas cardiacas. El correcto funcionamiento de las válvulas cardiacas es vital para que la sangre no fluya anárquicamente dentro del corazón.
Su corazón es un potente músculo que bombea la sangre para llevar oxígeno y nutrientes al resto del organismo. El corazón, en su interior, está dividido en cuatro cavidades, las dos superiores o aurículas son de paredes finas y sirven como depósitos. Las otras dos cavidades llamadas ventrículos derecho e izquierdo, son de paredes más gruesas y el bombeo de la sangre. La sangre debe recorrer estas cuatro cavidades y para ello, la función de las válvulas es fundamental, pues actúan de “puertas” evitando que la sangre se desplace de manera anárquica a través de estas cuatro cavidades.
Nuestro corazón tiene cuatro válvulas constituidas por un tejido fino pero fuerte que se abren y cierran conforme el corazón se contrae y se relaja.
Esta operación se repite unas 100.000 veces al día.
¿Qué problemas pueden plantear las válvulas?
Las válvulas cardíacas no siempre funcionan como debieran. Una válvula puede no ser normal en el momento del nacimiento y necesitar una reparación inmediata. Si se trata de un defecto menor puede no ser detectado, pero la válvula llegará a deteriorarse con el tiempo.
En otras ocasiones una válvula normal puede dañarse como consecuencia de ciertas enfermedades, como la fiebre reumática o las infecciones bacterianas. La evolución del problema suele ser muy lenta y las válvulas van perdiendo poco a poco su movilidad y flexibilidad. Los procesos propios del envejecimiento pueden ser también los responsables del deterioro de las válvulas.
Como vemos, las causas pueden ser múltiples, pero los más habituales son las siguientes: la estenosis valvular y la insuficiencia valvular.
Estenosis valvular
En este caso, el problema fundamental es la fusión de las hojas de la puerta. Debido a la calcificación de los espacios entre las mismas, se produce un estrechamiento o bloqueo de la salida de la sangre. Esto supone una sobrecarga en el trabajo del corazón, ya que tiene que pasar la misma cantidad de sangre por un espacio más reducido. Consiste en la fusión de las hojas de la puerta, debido a la calcificación de los espacios entre las mismas.
Se produce un estrechamiento o bloqueo de la salida de la sangre.
Insuficiencia valvular
En este caso, la válvula se va debilitando, siendo incapaz de cerrarse adecuadamente. Por lo tanto, no puede retener la sangre que ha sido enviada y una parte de ella regresa a la otra cavidad. Las válvulas Aórtica y Mitral suelen ser habitualmente las dos más afectadas, si bien en ocasiones la Tricúspide también se ve dañada.
En muchas ocasiones los problemas vienen asociados. Es frecuente que la afectación involucre a más de una válvula. En cualquier caso, el deterioro de una o más válvulas repercute de forma directa en el trabajo que realiza el corazón, pudiendo con ello provocar que se vaya haciendo más grande. Como consecuencia, el corazón pierde paulatinamente la fuerza que le es necesaria para enviar la sangre a todo el organismo. Consiste en el debilitamiento de la válvula, que se vuelve incapaz de retener la sangre enviada, por lo que una parte de ella regresa a la otra cavidad.
¿Cómo sé que ha llegado la hora de operarme?
Es la duda más frecuente, sobre todo en personas que conocen su problema de tiempo atrás. El cardiólogo vigila al paciente a través de revisiones periódicas para controlar que el resto del corazón no se vea afectado.
Si bien es cierto que durante un largo tiempo la medicación mantiene la situación de forma estable, la sintomatología (fatiga, sensación de ahogo, mareos…) se dispara de forma alarmante en los últimos meses.
La operación será necesaria cuando el resto de su corazón se vea amenazado por este problema. Es entonces cuando su médico determinará que la intervención quirúrgica es necesaria.
¿En qué consiste la operación?
En la mayoría de los pacientes la intervención constituirá un cambio de su válvula estropeada por otra nueva. En algún caso puede ser posible la reparación de su propia válvula, pero en la mayoría de los casos la sustitución de la válvula es necesaria.
Existen dos tipos de válvulas que pueden reemplazar a la suya. En términos generales podemos hablar de prótesis biológicas y mecánicas. La decisión sobre la válvula a poner dependerá del historial médico de cada persona. Por tanto, la decisión se tomará de forma totalmente individualizada.
En cuanto al funcionamiento y a la calidad, no existen diferencias entre ambas prótesis. Las válvulas biológicas, debido al tejido que las forman, provocan a lo largo del tiempo una fatiga importante, lo que puede hacer necesario su cambio entre los 10-15 años. Están hechas, en su mayor parte, a partir de tejidos de origen animal, adecuadamente tratados para evitar rechazos inmunológicos.
Por otro lado, las válvulas mecánicas, cuya apariencia no es tan similar a las nuestras, funcionan también de forma óptima, pues el material utilizado es de buena calidad y no se produce ningún rechazo por parte del organismo. Este tipo de prótesis no tiene el desgaste de la anterior, por lo que en principio sería definitiva (en principio, porque las biológicas también deberían serlo).
Con una válvula biológica, precisará tomar medicación antiagregante (AAS, Adiro) de forma permanente.
Por otro lado, con una prótesis mecánica es necesario tomar de por vida una medicación anticoagulante que impida que cualquier pequeño coágulo dificulte el funcionamiento de la misma, se trata del “Sintrom”.
Cuidado con las infecciones
Sea cual sea el tipo de válvula que le hayan implantado, deberá tener especial precaución con las infecciones, sobre todo con aquellas que afecten a la garganta y a la boca (no sólo se trata de los dientes), ya que acostumbra a ser la vía de acceso más rápida de los gérmenes al torrente sanguíneo y, por tanto, al corazón y sus válvulas.
A pesar de que es importante realizar un seguimiento, nunca debe dejarque su “problema” le obsesione. Basta con tener en cuenta cuáles son sus peligros.
¿Qué son los anticoagulantes?
Son substancias que retrasan el tiempo de coagulación de la sangre o, lo que es lo mismo, consiguen que no se formen coágulos con tanta facilidad. El más usado en España es el Sintrom, que es de manejo muy seguro y en caso de hemorragia, existe un antídoto. Necesita realizarse controles periódicos en su ambulatorio para garantizar unos niveles de anticoagulación seguros, se mide el INR. Existen otros tipos de anticoagulantes que se emplean en aquellas personas que no toleran el Sintrom o en las que no ejerce la acción deseada. Hoy en día, se están comercializando unos nuevos anticoagulantes, que en principio no precisan control de forma periódica del INR, pero no están indicados en paciente con recambio valvular. También tienen el mismo riesgo de hemorragia que el Sintrom, pero a diferencia carecen de antídoto en caso de hemorragia.
¿Es un tratamiento usual?
El grupo de personas en las que está indicado un tratamiento anticoagulante es cada vez más amplio, se utiliza en personas que tienen algún riesgo de sufrir una trombosis y/o embolias, la hayan tenido o no con anterioridad.
Podríamos reducirlos en los siguientes grupos:
¿Cuál es la dosis correcta?
Inicialmente el hematólogo (especialista en el estudio, tratamiento y problemas de la sangre) suele recomendar una dosis que calcula en función de su constitución física.
Puesto que cadaorganismo reacciona de distinta manera, a los 3 ó 4 días realizará una prueba de control reajustando la dosis si es necesario. Se trata de conseguir con la mínima dosis el efecto deseado.
¿Dónde se realizan los controles de coagulación?
Se realizan en centros que dispongan de un hematólogo. Hasta hace unos años sólo se encontraban en Centros Hospitalarios, pero hoy en día muchos Centros de Atención Primaria cuentancon ellos. Actualmente se dispone de aparatos para que incluso el paciente pueda realizar estos controles en su propio domicilio.
¿Cuándo y cómo hay que tomarlo?
El anticoagulante se debe tomar siempre en la misma franja horaria todos los días. Es importante que sea siempre con una variación de la hora no superior o inferior a 4 horas.
En este sentido es muy útil crear hábito. Si existe una comida o una situación que diariamente se hace aproximadamente a la misma hora, conviene asociarla a la medicación.
¿Qué hay que hacer si olvida tomar una dosis?
Si se le olvida tomar una dosis a su hora habitual, puede tomarla a otra hora siempre que sea en el mismo día (por lo que no es conveniente habituarse a tomarla pasadas la 12 de la noche).
Nunca tome al día siguiente la dosis doble, sino únicamente la dosis de ese día.
Muchas veces la dosis a tomar no es la misma cada día, por ello es muy recomendable disponer de un pastillero en el que poder repartir las dosis semanales. De esta forma, podrá llevar un control más riguroso y sabrá siempre las dosis que ha tomado y las que le quedan por tomar.
Complicaciones de los anticoagulantes
En ocasiones la anticoagulación presenta una serie de reacciones, siendo la más común el aumento de las hemorragias. Describiremos a continuación las más frecuentes y su importancia:
¿Cómo se previene un hemorragia?
El paciente y la dieta
Una persona que recibe tratamiento anticogulante puede y debe alimentarse de forma equilibrada. Por el hecho de empezar a tomar anticoagulantes no debe variar su dieta. Es recomendable no abusar de alimentos flatule tos o que produzcan gases (coliflor, berza, alubias, etc.). Esto no quiere decir que prescinda totalmente de ellos. Tomar de vez en cuando estos alimentos no le perjudicará.
Por otro lado, no es conveniente que una persona que toma este tipo de medicamentos sea vegetariana.
Respecto a la bebida, no conviene abusar del alcohol ni de las bebidas carbónicas. Si tiene por costumbre tomar un vaso de vino en la comida, puede seguir haciéndolo siempre que no supere esta cantidad.
La anticoagulación y las heridas
Normalmente las pequeñas heridas no constituyen ningún problema ya que dejarán de sangrar simplemente presionando sobre ellas. Sin embargo, será necesario hacer un vendaje apretado sobre las heridas un poco mayores en las que la presión no es suficiente. Si, a pesar de esto, la herida continúa sangrando, es conveniente acudir a un centro sanitario.
Si sufre la picadura de algún insecto, póngale hielo, limpie la zona y aplique sobre la misma una pomada que contenga corticoide en su composición.
Anticonceptivos
Los anticonceptivos, en general, están contraindicados. Los orales (pastilla) por su interacción con los anticoagulantes, y los de acción mecánica (D.I.U) por la posibilidad de originar pequeñas erosiones propensas a sangrar. Debe consultar con su ginecólogo las soluciones alternas a estas.
Embarazo
Si cree estar embarazada confírmelo cuanto antes. Si la prueba es positiva comuníquelo a su hematólogo con la mayor brevedad. Él le indicará un nuevo tratamiento anticoagulante. Lo más probable es que le suspendan temporalmente el tratamiento actual y lo cambien porheparina. Pasados los tres primeros meses del embarazo, puede volver al tratamiento inicial, haciéndose los controles con mayor frecuencia. Al final del embarazo posiblemente le vuelvan a poner heparina. La mujer embarazada tratada con anticoagulantes que se encuentre en una situación delicada, deberá seguir las recomendaciones de su hematólogo.
La anticoagulación y las vacaciones
La persona tratada con anticoagulantes puede realizar cualquier actividad que desarrollara con anterioridad. Sólo es necesario tener en cuenta algunos puntos:
La cirugía, a cargo del servicio de cirugía cardiovascular de Policlínica Gipuzkoa duró ocho horas y ha sido un éxito.
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