Entrevista al Dr. Héctor Fariña, oftalmólogo de Policlínica Gipuzkoa y Hospital de Día Quirónsalud Donostia

¿Sabías que el glaucoma puede ser asintomático hasta bien avanzada la enfermedad?

¿Qué es realmente el glaucoma y cómo se puede tratar? 

El glaucoma es un enfermedad ocular, caracterizada por una Neuropatía del  Nervio Óptico, es decir, una pérdida de tejido neuronal, que conduce a una disfunción visual progresiva y potencial ceguera, en la cual, uno de los factores de riesgo es la hipertensión ocular . 

De hecho, la mayoría de tratamientos disponibles, tanto  clínico, como  quirúrgico  están  destinados a controlar  dicho factor de riesgo; por ende, a bajar la PIO (presión intraocular) y a mejorar la vascularización y oxigenación axonal (Mejorar la oxigenación de las  fibras nerviosas)  

¿Existen distintos tipos de glaucomas? 

Efectivamente. Existen los glaucomas de ángulo abierto y de ángulo cerrado; tanto primario como secundario, congénitos y mixtos; y cada uno de ellos, con sus propias  características fisiopatológicas.

¿Qué síntomas produce? ¿Debería  notar si  tengo glaucoma? 

Es aquí  donde radica el  mayor  problema; en la inmensa mayoría de los casos, el glaucoma puede ser asintomático hasta bien avanzada la enfermedad. Existen otros glaucomas, sin embargo, que  sí generan síntomas relacionados con  una hipertensión ocular, visión borrosa, ojo rojo y doloroso, pupilas midriáticas (dilatadas) o fotofobia.  

¿Es hereditario el glaucoma?

Sí. Se han identificados  genes relacionados con la transmisión de la patología. En la actualidad  es posible la realización de pruebas genéticas para saber la probabilidad de padecer dicha enfermedad.

¿Puedo quedarme ciego por el glaucoma?

Sí, de hecho, el glaucoma es la principal causa de ceguera irreversible a nivel mundial.

¿Qué puedo hacer para evitar el  glaucoma? 

De nuevo, en la  mayoría de los casos no se puede evitar, pero sí detectarlo a tiempo, para poder tratarlo y, de esta manera, controlarlo. Ahí reside la importancia de realizar revisiones oftalmológicas rutinarias, siendo imprescindible la toma de PIO (presión intraocular).

Se recomienda, a partir de los  35 años,  tomas anuales de PIO en personas sin antecedentes de glaucoma en la familia y, en caso de antecedentes directos, a familiares de más temprana edad .