Fertilización In Vitro y Transferencia Embrionaria

Esta técnica realmente fue la que revolucionó en 1978 el campo de la Medicina Reproductiva. Nació en Inglaterra, de la mano de los doctores Edwars y Steptoe; el nacimiento de Louise Brown conmocionó tanto al mundo de la Medicina como a la sociedad en general.

El término con que se le bautizó coloquialmente (baby-tube niño probeta) quería reflejar el hecho de haber formado un embrión humano fuera del aparato genital de una mujer, cosa inimaginable poco tiempo atrás.

La indicación para usar la Fertilización in Vitro (FIV), fue inicialmente para conseguir gestaciones en mujeres fértiles con embarazos ectópicos anteriores y que como consecuencia de ello, se les había extirpado ambas trompas (salpinguectomía bilateral), quedando desde ese momento estériles. Hoy en día las indicaciones de la FIV, se han ampliado enormemente, puesto que también se utiliza para resolver factores masculinos moderados-severos.

Indicaciones

  • Factor tubárico (obstrucción tubárica).
  • Factor tubo-adherencial (síndrome adherencial).
  • Cirugía tubárica previa (salpinguectomías).
  • Fracaso IAD.
  • Técnicas de ovo-donación.
  • En el caso de parejas heterosexuales también se consideran las siguientes indicaciones:
  • Fracaso IAC.
  • Factores masculinos moderados-severos.

Contraindicaciones

En principio no hay contraindicaciones como tal, pero nos referiremos a las no indicaciones, que serían:

  • Factor inmunológico severo.
  • Nula reserva funcional ovárica.

En el caso de las parejas heterosexuales también sería:

  • Factor masculino severo con recuperación espermática menor de 1,5 millones de espermios móviles.

Técnica

Primera fase: inducción de ovulación (hiperestimulación ovárica controlada)

No se debe realizar la FIV con ciclos naturales ovulatorios, puesto que obtendríamos un ovocito y la posibilidad real de embarazo sería muy pobre.

Se han publicado innumerables esquemas terapéuticos de inducción de ovulación y aunque finalmente se han homogeneizado bastante, cada grupo maneja el esquema terapéutico que mejor resultado le da, teniendo como objetivo común el poder realizar un desarrollo folicular adecuado y llegar a conseguir un número de folículos preovulatorios suficientes, como para obtener ovocitos en fase de metafase II aptos para la fertilización.

Hoy en día el fármaco más aceptado como inductor de ovulación es la FSH de origen recombinante. Asimismo durante esta fase se habrá realizado una hipofisectomía farmacológica con análogos de la GnRH o antagonistas puros de la GnRH.

La vía de administración de dichos fármacos más empleada, es la vía de inyecciones subcutáneas, generalmente administradas por la propia paciente previo aprendizaje.

Se realizan durante esta fase aproximadamente cinco controles clínicos, consistentes en la valoración de los niveles sanguíneos del 17-ß estradiol y el control ecográfico del desarrollo folicular.

Cuando confirmamos que la mayoría de los folículos ováricos tienen un tamaño entre 19 y 21 mm se concluye la fase de inducción y se administra HCG por vía subcutánea aproximadamente 36 horas antes de la captación ovocitaria.

Segunda fase: recuperación o captación ovocitaria

Se realiza en quirófano o en un área adecuada para la cirugía una punción-aspiración folicular, a través de un sistema de aspiración y lavado folicular ayudados por una sonda ecográfica vaginal.

Este acto quirúrgico, aunque de duración breve, se realiza bajo algún tipo de anestesia, preferentemente loco – regional o sedación.

La paciente ingresa ambulatoriamente sin necesidad de dormir en el hospital. Cuando los líquidos foliculares obtenidos, pasan a manos del Embriólogo del Laboratorio de Reproducción, se identificarán a través de microscopio los ovocitos obtenidos en la punción, se aislarán y se clasificarán en su estadio madurativo.

Por otro lado, en esta segunda fase será necesaria una muestra de semen para su capacitación posterior.

Tercera Fase: laboratorio FIV

Una vez que los ovocitos se han identificado, deben de ser procesados para finalmente colocarlos en una placa de cultivo junto con los espermatozoides previamente capacitados. Posteriormente se almacenan en un incubador que trata de imitar las condiciones del aparato genital femenino.

Cuarta Fase: transferencia embrionaria

Consiste en la introducción de embriones, a través del cuello uterino y depositándolos aproximadamente a 1,5 cm del fondo uterino. Para ello se utiliza un catéter específico de transferencia embrionaria, construido de un material muy flexible para que no pueda dañar la cavidad uterina.

El número máximo de embriones a transferir es de 3. La paciente no necesita analgesia alguna en este proceso, aunque se realizará en área quirúrgica próxima al Laboratorio de Reproducción.

Mantendrá un reposo de media hora en el quirófano y deberá permanecer en reposo absoluto durante 24 horas en su domicilio.

Es necesario el apoyo de la fase lútea con progesterona micronizada administrada por vía vaginal. 14 días post-transferencia, se realizará un test de embarazo en orina, en el caso de no haber identificado la menstruación.

Si se obtienen más embriones de los que se van a transferir, con una calidad adecuada, éstos se criopreservarán, con el fin de poder transferirlos en intentos sucesivos.

Actualmente, en las pacientes mayores de 40 años, recomendamos vitrificar los embriones y diferir la transferencia para que el ambiente hormonal sea más adecuado (niveles de estrógeno, progesterona…) y así mejorar las tasas de embarazo, llegando casi a duplicarlas. Fase cuarta actual:

  • Vitrificación embrionaria.
  • Preparación endometrial.
  • Transferencia embrionaria.

Resultados

La posibilidad de realizar una transferencia embrionaria, al menos de un embrión, es de un 92%. La tasa de embarazo por ciclo es entorno a un 39% dependiendo de la edad de la mujer y del número de embriones transferidos.

Esta tasa de embarazo se reduce a un 21% si la paciente es mayor de 40 años, aunque estos resultados mejoran al diferir la transferencia.

Complicaciones

  • Embarazo múltiple en un 14% de las gestaciones conseguidas.
  • Síndrome de hiperestimulación ovárica severo, (en el 1% de los casos) que sobre todo se produce en pacientes menores de 30 años o en pacientes afectas de síndrome de ovario poliquístico.
  • Posible afectación psicológica, derivada de fracasos repetitivos.