«Tratar la migraña no es solo dar con el fármaco perfecto, es el fármaco más hábitos de vida»

«Es un buen momento para padecer migraña», afirma la Dra. Ane Mínguez, neuróloga de la Unidad de Neurociencias Clínicas de Policlínica Gipuzkoa. «Hace años estábamos más limitados, pero ahora tenemos mucha información, hay muchos fármacos que se pueden probar y cada vez estamos dando más valor a los hábitos de vida», comenta.

Dentro de la clasificación internacional de cefaleas entra la migraña, un tipo de dolor de cabeza, pero «en la migraña tenemos dolor de cabeza y otros síntomas que pueden aparecer previos, durante o incluso después del dolor de cabeza», afirma Ane Mínguez-Olaondo, neuróloga de la Unidad de Neurociencias Clínicas de Policlínica Gipuzkoa. «La información a día de hoy de la cefalea, y en especial de la migraña en esta época COVID, es que ha aumentado en frecuencia e intensidad en las personas que previamente ya tenían migraña», comenta la médica.

«El diagnóstico de la migraña es totalmente clínico y para esto necesitamos que tenga dolor de cabeza, pero también otro tipo de síntomas», recalca la neuróloga. Los síntomas que acompañan a la migraña «a veces son más vagos y otras veces la gente los detecta muy bien, como pueden ser cierta sensación de que la luz molesta, los ruidos molestan más de lo habitual, y a veces van acompañados de náuseas, pudiendo llegar a náuseas y vómitos», añade. Cuando los episodios de dolor de cabeza se acompañan de cinco de estos síntomas, o más de cinco, «ya podemos estar hablando de que esa persona puede tener migraña», dice Mínguez-Olaondo. Esta neuróloga, experta especializada en el estudio de la migraña, recalca que el dolor de cabeza en la migraña suele afectar más a un lado de la cabeza, suele ser de intensidad moderada a severa y empeora con los movimientos.

Visita a un profesional

Conviene buscar ayuda profesional cuando la migraña empieza a repercutir en las actividades de la vida diaria. «Cuando empezamos a restringir nuestros planes o a dejar de hacer algo porque igual voy a tener una crisis, o no puedo quedar con las amigas porque he tenido una crisis por la mañana y estoy hecha polvo, ahí es cuando tenemos que comentarlo con un profesional para que nos ayude a convivir mejor con nuestra migraña», explica Ane Mínguez, «para que nuestra convivencia con ella sea lo más llevadera posible».

Hay muchas clasificaciones en la migraña, «nosotros clasificamos la migraña en frecuencia, porque no es lo mismo tener migraña de vez en cuando que sufrirla más de 15 días al mes, donde durante ocho días por lo menos, tienen características migrañosas y ahí ya estaríamos hablando de una migraña crónica», declara Mínguez-Olaondo. A la hora de tratar a esas personas no es lo mismo que presenten migrañas episódicas, que estén casi a diario con el dolor de cabeza. «En esta persona tendríamos que tener un tratamiento diario», asegura, y aclara: «Eso en cuanto a frecuencia. Pero también hay gente que previo al dolor empieza con síntomas que le pueden llegar a discapacitar y en esos casos hay que poner el tratamiento no solo para el dolor, sino también para intentar paliar esos síntomas. Ese grupo de gente serían pacientes con migraña con aura», manifiesta la sanitaria. Para Mínguez-Olaondo «el objetivo de la clasificación es saber las características de la migraña para poder hacer un manejo más personalizado».

Más en mujeres

La migraña afecta más a las mujeres y hay diferentes causas, «se considera que el factor hormonal es uno de los más importantes. Parece que los estrógenos juegan un papel importante y sobre todo la fluctuación de las hormonas sensibiliza las células que están alrededor de los nervios que afectan en el proceso de la migraña y esa sensibilización facilita la crisis de la migraña», expone la neuróloga. Por ello, «las mujeres que toman anticonceptivos deben tener un cuidado especial. La Organización Mundial de la Salud considera que las mujeres con migraña, sobre todo si padecen migraña con aura y toman anticonceptivos orales, tienen un mayor riesgo de tromboembolismo cerebral, especialmente si son mayores de 35 años», asegura. Así pues, «se recomienda que no se fume o se hagan cosas que puedan generar un estado protrombótico, que facilite ese tromboembolismo cerebral que podría ocurrir en este tipo de pacientes», concluye.

Durante el embarazo la migraña tiende a mejorar, porque existe «un valle hormonal», dice la médica, «y esas alteraciones hormonales habituales se estabilizan, lo que hace que una tenga menos facilidad para una crisis de migraña». No sucede así durante otro periodo crítico, la menopausia: «Suele ser habitual que venga a la consulta una mujer diciendo que cuando era joven tenía migrañas, luego ha dejado de tenerlas y ahora ha vuelto», expresa Ane Mínguez-Olaondo. «Esto ocurre porque hay una alteración hormonal, y en la perimenopausia, previo a la menopausia, durante e incluso hasta dos a cinco años después, esos cambios hormonales pueden desencadenar la crisis de migraña. Después de ese tiempo la mayoría de las mujeres ya se olvidan de las migrañas», revela.

Tratar la migraña

«Hay muchos avances en el tratamiento de la migraña y hay que destacar dos aspectos: el aspecto farmacológico y el de hábitos de vida. Hace unos años nos centrábamos en conseguir el fármaco perfecto para la migraña, y poco a poco se va en ese camino. Pero a día de hoy sabemos que la migraña no es solo dar con el fármaco perfecto, sino que es el fármaco más hábitos de vida», explica la neuróloga.

Uno de los avances más importantes que se han hecho en los últimos años es darle valor a esa actitud que se tiene ante la vida. Según comenta la médica, «hay hábitos de vida que pueden llegar a modular la intensidad y la frecuencia de las crisis de migraña». Por ello, desde la Unidad de Neurociencias Clínicas de Policlínica Gipuzkoa «se intentan trabajar los factores que podemos llegar a modular, como son, por ejemplo, el porcentaje de grasa corporal, la depresión, la ansiedad, el estrés, el nerviosismo,…», explica Mínguez-Olaondo. «Si conseguimos modular esa reacción ante las actividades de la vida diaria, podremos disminuir la frecuencia, la intensidad y lograr que impacte lo menos posible la migraña en la persona que lo padece», agrega.

En cuanto al aspecto farmacológico, «el año pasado salieron al mercado, después de muchos años de estudio, nuevos medicamentos con anticuerpos monoclonales, que son fármacos que se inyectan de forma subcutánea una vez al mes y bloquean una de las proteínas que suele ser una de las protagonistas en el circuito de la migraña», expone la profesional.

La neuróloga se muestra optimista cuando dice que «hay mucha esperanza y es una de las cosas que solemos comentar en consulta, que es un buen momento para padecer migraña». «Hace unos años estábamos más limitados, pero ahora tenemos mucha información, se ha investigado mucho, hay muchos fármacos que se pueden probar y cada vez estamos dando más valor a los hábitos de vida. A día de hoy padecer migraña no es tan negativo porque hay muchas pruebas que se pueden ir haciendo», puntualiza la doctora. Se trabaja en la línea de ir haciendo un traje a medida para cada persona.

Origen

«Hay una parte genética, hay una parte hereditaria, hay una parte ambiental y hay otra parte en que todavía necesitamos saber qué es lo que le puede repercutir», explica.

Durante la pandemia la migraña ha aumentado en frecuencia e intensidad en las personas que previamente ya tenían este tipo de cefalea: «Puede ser porque en los factores ambientales hay mayor estrés, hay mayor intensidad, hay una inquietud social que genera un disconfort que puede ser un agravante más para tener una crisis», afirma la sanitaria. Todo ello facilita que haya más crisis de migrañas. «Curiosamente, también hay gente que cuenta que en esta época COVID ha tenido menos crisis que las suya habituales y eso lo relacionamos con que en el sector en el que trabaja hay menor estrés laboral, pero esto es anecdótico», finaliza.

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