Patologías por calor en pacientes mayores

Ante periodos de calor elevado las personas mayores de 65 años son las de más riesgo, especialmente los más ancianos y dependientes, a esa edad se tiende a perder la percepción de sed y sensación de calor; especialmente en pacientes con patología neurológica.

Otros factores de riesgo son:

  • Enfermedades crónicas: enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes, insuficiencia renal…
  • Fármacos: diuréticos, bloqueantes cardiacos, antidepresivos…
  • Factores sociales: personas solas en pisos mal acondicionados.

Calambres musculares:

Espasmos dolorosos de la musculatura debido a pérdida de electrolitos (sodio, potasio…) por sudoración intensa, diarreas…Son benignos y habitualmente se resuelven con reposición de sales minerales vía oral; si la alteración analítica es muy severa con reposición intravenosa.

Agotamiento o colapso por calor:

El más común, frecuente en ancianos en tratamiento diurético. La pérdida de agua y sodio causan deshidratación que lleva a debilidad, mareo, sed, náuseas, cefalea, respiración acelerada, alteración mental o desorientación…

Requiere ajuste de medicación habitual unos días y reposición de líquidos y sales vía oral o intravenosa.

Golpe de calor:

Es poco frecuente, supone un fracaso multiorgánico secundario a elevación extrema de temperatura corporal como consecuencia del fallo de los mecanismos de regulación térmica corporal. Tipos:

  • Pasivo: propio de personas de edad avanzada con patología previa, por exposición a ambiente caluroso sin ejercicio físico intenso previo
  • Activo: propio de personas jóvenes que realizan ejercicio intenso en ambiente caluroso

Comienza con mareo, debilidad, letargia, calambres musculares pasando de forma rápida a una situación muy grave de hipertermia (a veces hasta por encima de 40 º), falta de sudoración, deterioro del nivel de conciencia, agitación, convulsiones, taquicardia, alteración del funcionamiento de los riñones…

Es una emergencia médica suele requerir ingreso en UCI para medidas físicas de enfriamiento corporal, soporte cardiopulmonar, control hidroelectrolítico y tratamiento de las complicaciones

 

Recomendaciones para prevenir los efectos del calor

Alimentación:

  • Beber agua a menudo, evitando bebidas azucaradas, con cafeína, alcohol sin esperar a tener sed
  • Comer ligero: abundantes ensaladas, verduras y frutas, evitando comidas copiosas

Ropa:

  • Ligera de colores claros y holgada

En casa:

  • Cerrar ventanas y bajar persianas. Refrescar y ventilar la casa al anochecer
  • Refrésquese el cuerpo, sobre todo cara y manos, con agua fresca.

En la calle:

  • Evitar estar al sol y realizar esfuerzos físicos en las horas de más calor.
  • Salir a la calle protegido: sombrero, gafas de sol y protector solar.
  • Nunca permanezca en un vehículo estacionado y cerrado, aunque esté a la sombra.
  • Las personas ancianas, sobre todo las que viven solas o son dependientes, pueden tener dificultades en adoptar medidas protectoras, visítelas al menos, una vez al día.
    • Consulte ante síntomas que se prolonguen y estén relacionados con las altas temperaturas (debilidad, fatiga, mareos, náuseas, desmayo…).