Detectar una caída de cabello por estrés es posible

Ana González Elósegui, doctora del Servicio de Dermatología y de la Unidad de Trasplante Capilar de Policlínica Gipuzkoa, nos explica por qué se produce y cómo afrontar la caída capilar, cada vez más frecuente tras la pandemia.

En esta pandemia son muchísimas las personas que están notificando una caída de cabello más acusada de lo habitual, y en algunos casos hasta preocupante. Esto puede convertirse en problema que además puede mermar seriamente la calidad de vida de la persona que lo sufre, pues nuestra imagen es muy importante para nosotros.

Detectar una caída de cabello por estrés es posible

No obstante, no hay que alarmarse y, aunque no lo parezca, la caída de cabello en esta época de pandemia está más ligada con el estrés emocional y con la recepción de noticias traumáticas que estamos teniendo en estos meses, que con la propia infección por el virus SARS-CoV-2.

Y es que las consecuencias de la pandemia han ido más allá de los síntomas vividos por millones de personas. Al margen de los efectos propios de la enfermedad, el sufrimiento padecido en muchos casos ha derivado en alteraciones que no están directamente relacionadas con la COVID-19, pero que han florecido en muchos pacientes. Uno de esos daños colaterales ha sido la caída de cabello provocada por el intenso estrés del momento.

Pero esto no es nuevo. De siempre se han descrito casos de una caída de cabello muy acusada con periodos de máximo estrés en las personas, como el producido por una grave enfermedad, una mudanza, un parto, un despido, un divorcio, o la pérdida de un ser querido, por ejemplo. Esto conlleva un impacto emocional bastante notable en quien lo padece.

Alopecia por estrés

En concreto, existen más de 100 tipos de alopecia, entre los que está descrito la alopecia causada por estrés. Se enmarca dentro del efluvio telógeno, un tipo de alopecia cuyo pronóstico es bueno para quien lo padece porque se recupera el cabello perdido.

No hay que olvidar, eso sí, que el pelo está en constante renovación y al día perdemos de media unos 100 cabellos. En total tenemos entre 100.000 y 150.000, la mayoría en fase de crecimiento, y tan solo un 10% en fase de reposo o ‘telogen’ como así se denomina técnicamente. Al final de esta etapa esos cabellos en reposo caen pero vuelve a iniciarse la fase de crecimiento.

Lo que notan los pacientes es que hasta 4 meses después de ese episodio traumático o periodo de máximo estrés el pelo se les empieza a caer más de lo normal, no de golpe, sino de forma constante, y lo ven en su almohada, después de la ducha o al peinarse todos los días.

Es frecuente que se caiga el pelo tras la covid

Asimismo, en esta época está siendo frecuente la caída de cabello tras pasar la COVID-19, pero especialmente entre las personas que han tenido que ser hospitalizadas durante periodos prolongados en la UCI. Eso sí, esto es debido al estrés que conlleva la situación. Como hemos mencionado, la caída de cabello está descrita en muchas ocasiones cuando alguien sufre una situación traumática o una noticia difícil de llevar, y permanecer enfermo e ingresado en una UCI no es fácil.

Ahora bien, sí hay que tener claro que, dado que no es posible prevenir esta caída de cabello porque las situaciones de estrés no las podemos anticipar, nunca está de más el tener en cuenta que si mantenemos en nuestro día a día una dieta sana y un buen cuidado de nuestro pelo, esto ayudará a que el cabello esté fuerte y pueda enfrentarse mejor a las situaciones de estrés que no podemos anticipar, al mismo tiempo que la recuperación será mejor.

El cabello se cae más de la cuenta en estas situaciones porque el cuerpo sufre ante determinadas situaciones y lo manifiesta con una reacción corporal. En este caso concreto se trata de un efluvio postraumático; una reacción que se corrige, en la mayoría de los casos, con el tiempo como estamos viendo.

De esta manera, ese estrés más notable de lo habitual hace que muchos folículos pilosos pasen a una fase de reposo, en apenas unos días o semanas después del evento traumático o del periodo de máximo estrés, y estos se caigan con apenas lavarse el pelo o peinarse.

Es una caída temprana del cabello, pero luego se regenera de nuevo y crece en su totalidad. Por eso, hay que confiar en que en la mayor parte de los casos el cabello puede crecer, y en ocasiones, con el refuerzo de una medicación prescrita desde el especialista para que crezca lo más rápido posible, porque de por sí ya va a crecer pasado un tiempo, en torno a 6-12 meses después.

Los folículos pilosos no se dañan en este proceso, por lo que se recupera el crecimiento del cabello sin problema. Una buena señal es verse pelitos finos y cortos sobre el cuero cabelludo. Es más, en muchas ocasiones si el paciente tiene claro que este proceso es reversible, ya solo con eso, como se tranquiliza, el proceso es más favorable.

Consejos para sobrellevarlo

Con todo ello, lo que uno sí puede hacer frente a estos episodios de pérdida de cabello es tranquilizarse, recuperarse bien del proceso original, que es más importante, y confiar en que en la mayoría de los casos el cabello vuelve a crecer. Aparte, por supuesto, de mantener unos cuidados idóneos del cabello, así como una adecuada alimentación.

Por otro lado, identificar la situación que nos provoque estrés e intentar ponerle remedio y erradicarla. Esta caída de cabello puede convertirse en crónica sino combatimos esa causa mantenida en el tiempo que nos genera estrés. La propia preocupación del paciente por esa caída del cabello también puede cronificar el problema.

Los expertos recomendamos, además, no retrasar el lavado de la cabeza y hacerlo de forma frecuente, si se necesita a diario, porque la sensación de pérdida de cabello no será tanta, como si se lava muy de vez en cuando.

Como hemos comentado, si este proceso de recuperación del cabello no fuera todo lo satisfactorio, se puede llegar incluso a ayudar con algún tipo de medicación, tras visitar a un especialista, pero lo normal es que crezca de forma natural.