Los doctores Eduardo Alegría e Ignacio Gallo

«Tras un infarto se logra vivir sin estrés, ansiedad o depresión»

Fuente: Diario Vasco

Dr. Ignacio Gallo, Servicio de Cirugía Cardiaca de Policlínica Gipuzkoa

Afrontar la vida sin miedo tras la cirugía cardíaca, un infarto o una cardiopatía es el objetivo de los equipos de cirugía y rehabilitación cardíaca de Policlínica Gipuzkoa con sus pacientes. De ello hablarán mañana los doctores Ignacio Gallo, jefe de servicio de CirugíaCardíaca, y Eduardo Alegría, jefe de servicio de Rehabilitación Cardíaca del citado centro. Será en una charla que ofrecerán mañana a las 19.30 horas en la sala Kutxa de la calle Andia de Donostia, con entrada libre hasta completar aforo. «Edad, estrés y sedentarismo repercuten en el corazón», dice Gallo.


Cada año 500 personas son operadas de corazón en Gipuzkoa y la intervención se realiza en Policlínica, según el convenio con Osakidetza…
En el Hospital Universitario Donostia no hay cirugía cardíaca. Sí hay un servicio de hemodinámica, es decir, cateterismo cardíaco y angioplastia, que compartimos. Es el mismo equipo que tenemos aquí.
¿La hemodinámica incluye actuaciones menos invasivas?
Sí, a través del cateterismo cardíaco. A las personas que sufren alguna afección cardíaca se les hace una prueba radiológica con catéteres e inyecciones para completar otros estudios previos, con vistas a actuaciones terapéuticas más agresivas, como puede ser la cirugía cardíaca, la implantación de prótesis o la desobstrucción de las arterias coronarias. La angioplastia es un procedimiento que se hace durante el cateterismo para arreglar una lesión.
¿Cuáles son las principales causas de las patologías cardíacas?
Por lo general son enfermedades coronarias, es decir, de las arteria que riegan el corazón, o de las válvulas del corazón. Suponen más del 90% de las razones por las que se hacen cateterismos. Y en el caso de la cirugía, el 99% es por patología valvular o coronaria.

 

¿Y por qué funcionan mal las arterias o las válvulas cardíacas?
Por trastornos degenerativos, en el caso de las válvulas, y trastornos del envejecimiento, en el caso de las arterias coronarias. Pero también por la arterioesclerosis y la acumulación de placas de fibras y lípidos en el espesor de la pared del vaso coronario.
¿Hasta qué punto el estilo de vida influye en estas patologías?
Indudablemente, el estilo de vida influye, porque hace unos años estas patologías no eran tan frecuentes. En las sociedades occidentales se dan conmucha más incidencia por factores adquiridos, como son la falta de ejercicio moderado, el sedentarismo o la ingesta de alimentos con grasas no equilibradas.
¿Cómo han evolucionado los tratamientos cardíacos?
Garantizan una mejor calidad de vida del paciente con un problema valvular o coronario. Porque sin ellas su calidad de vida queda muy mermada.
¿Cómo ha evolucionado la cirugía cardíaca?
Es una especialidad muy nueva. En todas sus líneas de progresión ha tratado de acercar las técnicas menos agresivas y cruentas en el desarrollo de los tratamientos. Ha conseguido grandes cosas, como es poder abrir el corazón, entrar en él y vaciarlo de sangre, sin que queden lesiones secundarias a una agresión que podría parecer desmesurada. Pero hoy en día entrar en el corazón y tomarnos el tiempo para tener ese órgano parado sin que tenga consecuencias en su función posterior ha sido y es un gran avance. Hoy podemos hibernar a un paciente, bajar su temperatura a 18 ó 20 grados para que consuma menos oxígeno, realizar una circulación de la sangre extracorpórea, hacerle las reparaciones necesarias durante 60 u 80 minutos y ‘devolverle’ otra vez a la vida. En cada ocasión parece que ocurre un milagro.
Harán realidad el mito deWalt Disney…

Muchas veces te haces preguntas. Los cirujanos hemos aprendido que hay que mantener las constantes vitales y que nuestras actuaciones han de venir con una salvaguardia. El paciente no respirará y no tendrá función cardíaca, pero lo supliremos todo a partir de una bomba. Ahora hemos aprendido que también podemos suprimir la circulación con las garantías, prácticamente
absolutas, de que el paciente se recuperará.

 

Volver a hacer una vida normal después de una intervención cardíaca o un infarto, ¿cada vez es menos problemático?
Sí. A lo largo de estos años también hemos aprendido a estar más cerca del paciente. Como solo tenemos un corazón, quien ha padecido un problema de este tipo lo maximaliza. Tras una operación de corazón el trauma para volver a la vida normal a veces esmuy grande. Si uno tiene dos riñones y le quitan uno, el otro, aún mermado, puede suplir las funciones. En el caso del hígado, sabemos que quitándole trozos el resto regenera. Pero el corazón va por entero. No se vive con medio corazón.
El alta médica lleva sus garantías…
El paciente lleva todos sus informes en un ‘pendrive’ para el ordenador, que él o sus familiares pueden manejar. Diariamente puede enviarnos sus constantes de tensión arterial, frecuencia cardíaca o temperatura. Nosotros nos ponemos en contacto con él si algo nos llama la atención. Y son pasos como en cualquier rehabilitación. Como se aprenden ejercicios tras una fractura
o distensión, se puede aprender a hacer cada día más función vital tras una operación del corazón.

 

Dr. Eduardo Alegría, Servicio de Rehabilitación Cardiaca de Policlínica Gipuzkoa

Los pacientes operados de corazón en Gipuzkoa acceden al servicio de Rehabilitación Cardíaca de Policlínica tras un convenio firmado con Osakidetza en noviembre. «También se aplica a personas que han sufrido un infarto o distintas cardiopatías», dice el cardiólogo Eduardo Alegría, jefe del citado servicio.
¿En qué consiste el servicio de rehabilitación cardíaca?

La Policlínica firmó hace diez meses un convenio con Osakidetza para que a todas las personas operadas en el territorio se les ofrezca la posibilidad de hacer rehabilitación cardíaca, un procedimiento para recuperarse, o bien de las secuelas de la enfermedad que obligó a la operación, o bien de las consecuencias de la operación. Se incluye un entrenamiento físico, aspectos dietéticos o consulta psicológica para mejorar la situación funcional de las personas operadas y del resto de los pacientes que atendemos. El servicio se creó en 2010.
Los afectados sufren estrés y miedo…
El aspecto psicológico lleva mucho tiempo formando parte de la rehabilitación cardíaca. Influyen mucho aspectos conductuales: personas con dificultades para dejar de fumar, cambiar de dieta o de hábitos necesitan este tipo de ayuda. Los problemas de pareja o de adaptación al trabajo repercuten en la enfermedad. Un conflicto empeora la evolución de las cardiopatías cuando se suma a otros factores de riesgo comoel colesterol, la tensión o el tabaco.

Terminarán conociendo a fondo la vida de sus pacientes…
El programa resulta muy cercano y el personal esmuy atento y asequible. Muchos pacientes prolongan el programa. Está pensado para tres meses, pero algunos deciden continuar.Todo el mundo puede hacer ejercicio, pero resulta más agradable cuando alguien te vigila y te controla. En Gipuzkoa los índices de rehabilitación cardíaca son mayores que en muchas zonas de España, con porcentajes bajos.
Hay un número importante de operaciones de corazón…
La población va envejeciendo y aparecen enfermedades cardíacas degenerativas que se pueden operar. Y como la edad ya no es una limitación, como hace unos años, ahora se operan personas con muchísima edad. Como cada vez hay más personas mayores, cada vez hay más enfermedades degenerativas.
Se gana en calidad de vida.
Hace 30 años tener un infarto te condicionaba la vida. Hoy se puede tener un infarto y hacer una vida completamente normal durante muchos años.
¿Qué afecta más a la gente, una operación de corazón o haber sufrido un infarto?
Los operados llegan con una carga de ansiedad mayor pero les dura menos. A las pocas semanas se dan cuenta de que están tan estupendamente que el estrés disminuye. Quienes han sufrido un infarto, aunque su respuesta inicial es menor, se encuentran vigilantes toda la vida.