La obesidad mórbida hay que prevenirla desde la infancia

Fuente: Diario Vasco

Entrevista a José Luis Elósegui Cirujano

La obesidad mórbida hay que prevenirla desde la infancia con hábitos alimenticios adecuados y ejercicio físico. Lo dice José Luis Elósegui, miembro de la Unidad Multidisciplinar de la Obesidad de Policlínica Gipuzkoa junto a José María Enríquez- Navascués y Javier Murgoitio. Hablará hoy, a las 19.30 horas, en la sala Kutxa de la calle Andía, sobre nuevas técnicas no invasivas para operar esta patología. La entrada será libre hasta completar aforo.

¿Qué es la obesidad mórbida?

Se considera que existe cuando la persona ha superado determinados valores en su relación entre la talla y el peso. Se da cuando la persona ha superado un índice de masa corporal (IMC) de 40 o está entre 35 y 40, pero presenta alguna enfermedad importante asociada.

Recordemos la fórmula del IMC.

El índice de masa corporal es igual al peso en kilogramos dividido por la altura en metros al cuadrado. Un IMC de entre 25 y 30 indica sobrepeso. Entre 30 y 40 advierte una obesidad leve o moderada. Por encima de 40 se considera que existe obesidad mórbida.

El adelgazamiento de una persona con obesidad mórbida ha de ser paulatino y progresivo

¿A qué se debe la obesidad mórbida?


A factores genéticos y ambientales, aunque desconocemos el porcentaje de incidencia de cada grupo de ellos. Los factores genéticos son hereditarios. Queda mucho por investigar en esta materia. Se han estudiado más de 400 genes y ninguno de ellos corresponde exactamente a la obesidad. Entre los factores ambientales, el principal es el estilo de vida en las sociedades occidentales.

Repítanos algo que ya sabemos…

En el caso de la obesidad mórbida influyen los hábitos alimenticios inadecuados y el sedentarismo desde la infancia. Como la costumbre de comer un bollo envasado frente al tradicional bocadillo o el abuso de refrescos y bebidas azucara- das.

Hábitos poco saludables…

El ser humano, en su selección natural, se ha hecho ahorrador de energía. Funciona bien en tiempos de hambruna. Pero en sociedades como la nuestra, donde abunda la comida, hay que alimentarse de manera saludable y controlada.

Hablemos de un superávit calórico.

Hay estudios que demuestran que, sin darnos cuenta, la especie humana acumula día a día un superávit energético. Si no, no se llegaría a un sobrepeso de 30 ó 40 kilos. Por eso es tan importante establecer hábitos de vida saludables desde niños.

¿Es posible salir de la obesidad mórbida sin cirugía?

Hay estudios amplios que demuestran que es difícil revertir la situación una vez que se ha sobrepasado cierto umbral. Antes de someterse a la cirugía, la persona con obesidad mórbida ha realizado distintos tratamientos médicos. Y hasta el 95% de ellos fracasan en sus programas dietéticos. Es conocido el efecto yoyó en este tipo de personas: bajan 6 kilos y suben 8; bajan 15 y suben 17. Las dietas milagro tienen en personas con obesidad mórbida un riesgo terrible. Necesitan un control estricto por parte del endocrinólogo. El adelgazamiento ha de ser paulatino, progresivo y largo en el tiempo.

¿Cómo ha evolucionado la cirugía de obesidad mórbida?


En sus inicios era una cirugía ‘malabsortiva’, es decir, se usaban diferentes técnicas para lograr una menor absorción de nutrientes. El intestino delgado tiene entre 2,5 y 3 metros de largo. Si se acorta, se absorben menos nutrientes. Eran técnicas muy agresivas, que buscaban engañar al cuerpo. A la vez surgieron las técnicas restrictivas, con el objetivo de que el paciente notara una saciedad temprana: se intervenía en el estómago.

Hablamos de reducir el estómago…


Sí. El estómago tiene una capacidad aumentada en estos pacientes y nosotros buscamos reducir su volumen. O bien estableciendo pequeños reservorios o realizando gastrectomías, es decir, extirpando partes del mismo para restringir la entrada de alimentos.

¿Qué técnicas se utilizan hoy?

Las actuales son una combinación de ambas. Son técnicas mixtas. La ideal es el ‘by-pass’ gástrico: se confecciona un pequeño reservorio en el estómago y se realiza un puente con el intestino delgado, que queda con un menor recorrido. El gran avance ha sido la laparoscopia, la cirugía mínimamente invasiva.

Además de la operación se requerirá una ‘reeducación’ de la forma de comer del paciente…

El éxito de la operación se mide en la pérdida de peso y en su mantenimiento. Ha de perder más del 50% del sobrepeso y mantener el logro en el tiempo, es decir, transcurridos cinco años. El cuerpo responde fisiológicamente a la transgresión de la cirugía y puede lograr más capacidad de absorción. Por eso, el paciente necesita adquirir unos hábitos dietéticos correctos. Sin ellos, a partir del tercer o cuarto año puede volver a ganar peso. La operación puede impedir realizar comidas copiosas. Pero no tomar batidos muy energéticos. Por eso es tan importante la reeducación en la forma de comer.

¿Avanza el problema de la obesidad?


Los países desarrollados van unos detrás de otros. Lo que veíamos en Estados Unidos llega ahora a Europa. La OMS ha enviado signos de alerta. La obesidad mórbida tiene una prevalencia del 0,45% y va a ser la epidemia de este siglo.