«La artroscopia de cadera se puede considerar el avance más novedoso en el campo de la traumatología con cirugía mínimamente invasiva»

Entrevista a Ricardo Cuéllar, traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa.

Ricardo Cuéllar traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa
Ricardo Cuéllar traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa

La cadera es una de las articulaciones donde la realización de la técnica artroscópica es más compleja. El traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa, Ricardo Cuéllar, es unos de los especialistas en España que conoce y utiliza habitualmente esta técnica de cirugía artroscópica en la cadera.

¿En qué consiste una intervención de artroscopia de cadera?

Como en otras articulaciones, es una intervención quirúrgica mínimamente invasiva, que nos permite tener una visión del interior de la articulación de la cadera mediante la introducción en la misma de un objetivo alargado conectado a una pequeña cámara. Esta técnica nos permite diagnosticar con seguridad las patologías de la cadera, a la vez que operar bastantes algunas lesiones. A través de pequeñas incisiones (2 o 3 inserciones de 1 cm), accedemos al contenido articular.

La artroscopia se utiliza desde hace años en el campo de la traumatología, ¿por qué se ha tardado tanto en hacerse la artroscopia de cadera?

La cadera es una articulación muy oculta y defendida por los músculos que la rodean, a diferencia de otras articulaciones como pueden ser la rodilla, hombro, etc…, lo que supone que es más difícil acceder a ella. Por eso, este tipo de intervención se puede considerar el avance más novedoso en el campo de la traumatología con cirugía mínimamente invasiva.

¿Qué patologías en la cadera son las más comunes para intervenir quirúrgicamente con la artroscopia?

En todas las articulaciones solemos tratar los problemas del cartílago articular, de los ligamentos o de los meniscos. La estructura de la cadera más parecida al menisco se llama «labrum» y suele estar lesionado concretamente en un proceso que se está tratando mucho con esta técnica que es el llamado «choque femoroacetabular». Se trata de una alteración en los huesos que componen la cadera y por la que se produce un roce que a larga desencadena procesos de tipo artrósico o de desgastes. A través de artroscopia intentamos retrasar un poco el desarrollo de estos procesos artrósicos limando las superficies que rozan. Este es uno de los grandes campos que tratamos con la artroscopia y que están funcionando francamente bien.

¿Cuál es el perfil del paciente con choque femoroacetabular?

Generalmente es gente joven. Lo que la literatura nos dice es que aproximadamente el 7 % de la población presenta una forma de los huesos de la cadera que pueden producir este problema del choque femoroacetabular. Sin embargo, no se desarrolla en todas estas personas ya que se suele manifestar en deportistas cuyo ejercicio conlleve un giro continuado de la cadera.

Respecto al diagnóstico, ¿qué patologías se suelen diagnosticar con la artroscopia de cadera?

Solemos utilizarla en la revisión por dolor de prótesis implantadas por artrosis,  hablamos de un proceso menos invasivo para intentar llegar a un diagnóstico de por qué duele esa cadera. También se puede utilizar para algunos procesos de infección, en las secuelas de algunas enfermedades infantiles (Perthes), en procesos inflmatorio-reumáticos, en lesiones traumáticas con rotura del menisco llamado labrum e incluso en los procesos dolorosos de tendinitis de la cadera llamados trocanteritis.

Qué ventajas supone este tipo de artroscopia frente al abordaje tradicional (cirugía abierta)?

Principalmente una menor agresión quirúrgica. Para empezar, se tiene que hacer una separación mucho menor de los tejidos que normalmente exige la técnica quirúrgica convencional, con ello se disminuye el riesgo de lesionar estructuras que encontramos en el camino de las incisiones. Por otro lado, facilita enormemente el post-operatorio, es menos doloroso y más cómodo para el paciente. El alta hospitalaria se da primero, aproximadamente en la  mitad de tiempo en comparación con una cirugía abierta.