¿Está afectando el confinamiento a los niños y adolescentes con trastornos mentales?

El confinamiento y la diseminación del COVID19 afecta, por supuesto, a todas las personas, de cualquier edad, con o sin problemas previos de trastornos mentales.

Y aunque no tenemos estudios que lo muestren en nuestro entorno, los datos de China establecen que el nivel de estrés del confinamiento en la niñez y la adolescencia se multiplica por 4 en relación con aquellos que no necesitan estar confinados. Por eso, hemos hablado con el Dr. Joaquín Fuentes para que nos dé unos consejos.

“Hay que cuidar la información que se da, y la serenidad de los padres es básica”, dice el Dr. Fuentes. Estos son sus cinco consejos:

  1. Pregúntele que sabe del Coronavirus y responda adecuadamente a sus dudas. No trate de darle información excesiva… solamente la que le pregunte y deje el canal de comunicación abierto. No engañe; diga siempre la verdad y si no lo sabe, reconózcalo. No pasa nada. Ya lo averiguará. Y no le extrañe tener que repetir. Es normal.
  1. Utilice palabras y conceptos adecuados a la edad, el lenguaje y el nivel de desarrollo del niño o niña. Utilice dibujos para expresar mejor las cosas. Los niños tienden a personalizar la información (más o menos, como nosotros) y van a preguntar por los padres, los abuelos, por un familiar enfermo…
  1. Transmita optimismo. Explique que hay mucha gente que está ayudando. Esa es una estupenda lección: no estamos en soledad frente a los problemas. Hay miles de personas investigando, cuidando y si hace falta – aunque hay que decirle que a los niños y niñas no les afecta tanto como a los muy mayores o enfermos – él o ella (o su familia) recibirán cuidados.
  1. Controle las imágenes con las que nos bombardean las televisiones. Esas imágenes repetidas producen miedo y confusión. Si la persona tenía algún trastorno y empeora, contacte telemáticamente con sus especialistas. Y recuerde insistir en medidas preventivas: pañuelos de papel, toser o estornudar en el codo y lavarse las manos bien.
  1. Establezca un calendario: invente “ejercicio físico” en casa; ayúdele a hacer las tareas de las escuelas; hágale preparar la comida; busque momentos de juego compartido… En definitiva, aproveche la especial oportunidad que da el contar durante horas con alguno de los padres al lado. Esa es la parte “buena” del confinamiento. Haga que esta experiencia no sea traumática, sino que fomente los valores que todas las personas queremos que tengan nuestra infancia y juventud: resistencia, empeño, confianza, solidaridad y cariño.

 

Policlínica Gipuzkoa y Quirónsalud recomiendan seguir todas las indicaciones de las autoridades sanitarias.