Cómo tratar los diferentes tipos de piedras de riñón o litiasis renal

La litiasis renal es una enfermedad muy frecuente con una elevada incidencia en la población general, cercana al 10%, lo que supone un gran impacto social y sanitario. Otro factor de gran importancia es el elevado porcentaje de recidiva o recaída, se dan cifras de 55% en periodos de 5 años y de hasta el 73% a diez años. Por tanto hay quien llega a considerar la litiasis o piedras en el riñón como una enfermedad crónica que evoluciona en fases según los periodos de actividad clínica.

Ante cualquier caso de litiasis renal o piedras en el riñón, resulta fundamental identificar los factores de riesgo para poder controlar la enfermedad, ya que el cálculo o piedra es la expresión final de un trastorno subyacente, que tiene una elevada incidencia en la población general, cercana al 10%, lo que supone un gran impacto social y sanitario.

Es importante aclarar que no todos los cálculos o piedras tienen la misma composición y su análisis es imprescindible para buscar las posibles causas que lo originaron.

El tratamiento de la litiasis o lo que es lo mismo, el tratamiento de la formación de piedras en el riñón, persigue tres objetivos: resolver la litiasis existente, evitar sus complicaciones y prevenir la reaparición.

Al intentar resolver la litiasis debemos analizar aquellos factores que pueden condicionar el éxito del tratamiento, como son: tamaño del cálculo (carga litiásica, volumen o masa), su localización, su repercusión en el riñón, lo que afecta al funcionamiento; la anatomía de las cavidades renales, malformaciones asociadas, o si hay una cirugía previa; y las características personales del paciente, como su edad, si ha sufrido litiasis infantil u otras enfermedades asociadas.

El tratamiento ha sufrido grandes transformaciones en los últimos años debido fundamentalmente a los avances en técnicas endoscópicas con un elevado poder de resolución, a mejoras en instrumentación más flexible, como la Ureterorrenoscopia y fuentes de energía como el láser Holmiun, asi como a la miniaturización de instrumentación que nos permite acceder a las cavidades renales, incluso en niños pequeños, como es el Miniperc o microperc.

Diferentes tratamientos

Por tanto, el abordaje terapéutico se basa en el tratamiento médico expulsivo de cálculos de pequeño tamaño que pueden ser expulsados (MET) en ausencia de complicaciones.

Entre los tratamientos posibles disponemos de la litotricia extracorpórea (SWL) con limitaciones en función de la dureza del calculo, volumen y su localización, lo que condiciona su eficacia.

Y por último, las técnicas endoscópicas (URS), que significan el acceso con instrumentación rígida y flexible que permiten llegar a las cavidades renales y fragmentar mediante energía láser los cálculos en cualquier localización.

Otro tipo de tratamiento es la cirugía retrograda intrarrenal (RIRS). También disponemos de la nefrolitotomía percutánea (NLP) que, con los nuevos abordajes con calibres disminuidos, permite acceder al riñón en situaciones en que existen factores limitantes para la resolución del cálculo, como pueden ser grandes masas litiásicas, derivaciones urinarias, trasplante renal o litiasis infantil.

La decisión de cuál puede ser el mejor tratamiento en cada caso se basa en un estudio correcto y pormenorizado donde se evalúan todos los parámetros que pueden condicionarlo. Por tanto, es necesario disponer de personal cualificado y tecnología adecuada para poder abordar de una forma global cada caso y realizar la opción terapéutica mas adecuada. El tratamiento integral implica el conocimiento y adiestramiento por parte del urólogo de los diferentes procedimientos para poder resolver la litiasis.

Una vez tratado el episodio litiásico, nuestros pacientes nos preguntan, ¿Qué composición tiene la piedra?, ¿Por qué se forma o se crea el cálculo?, ¿Cómo puedo evitar la formación de nuevos cálculos?

Estas preguntas nos hacen profundizar mediante los estudios pertinentes en la búsqueda de factores de riesgo litógeno a fin de que podamos aconsejar el tratamiento etiológico, dietético, modificación de hábitos de vida, así como si se descubren factores metabólicos, podamos implantar el tratamiento farmacológico pertinente.