Mercedes Zabaleta: «Nuestra sociedad es visual, y dejar las gafas y lentillas se valora mucho»

La casa de cultura Portalea acoge esta tarde una conferencia sobre los avances en cirugía de la vista

Fuente: Diario Vasco

Nada menos que un 53% de la población de Gipuzkoa usa gafas o lentillas. Es un dato que aporta Policlínica Gipuzkoa de cara a la conferencia que ha organizado para hoy a las 19.30 horas en Portalea bajo el título ‘La vista es la vida. ¿Sufres miopía, hipermetropía o astigmatismo? ¿No ves con claridad a causa de las cataratas? Conoce los últimos avances en cirugía de la vista’. La doctora Mercedes Zabaleta recuerda los tiempos en los que se operaba con sutura pero llega para hablar de los sistemas más novedosos.

Los problemas de la vista ¿van por edades?

Efectivamente. Por un lado la catarata es una calcificación que tenemos detrás de la pupila y que con la edad crece. Cuando se calcifica hacemos como en una cámara fotográfica, si la lente se ha estropeado la cambiamos. Lo cambiamos por un cristalino artificial. Es un problema que va relacionado con la edad. Por otro lado tenemos la presbicia, que es la vista cansada. La gente, a partir de los 40 o 45 años, empieza a tener problemas para ver de cerca, y ahora tenemos lentes que enfocan a esas distancias a las que no terminamos de ver.

Dice lentes, pero no hablamos de gafas.

No, me refiero a lentes intraoculares. La catarata es algo patológico, y la presbicia es fisiológico. En este segundo caso vemos borroso lo cercano porque el cristalino, que es una lente que va evolucionando, se vuelve rígido y va dejando de enfocar de cerca. Eso obliga a ponerse gafas para ver de cerca, lentillas o existe la opción de operarse.

Diferente caso es el de los problemas de vista en gente joven.

Sí. Los jóvenes con miopía, hipermetropía o astigmatismo no se operan en el cristalino sino en la córnea, la lente que tenemos delante. Eso se opera en jóvenes porque ellos sí que enfocan de lejos y de cerca. Son cirugías cuya elección depende de la edad. Yo tengo que elegir una técnica u otra según la edad.

¿Son soluciones definitivas?

Cuando te operas de la catarata ponemos una lente que queda para siempre, es una solución definitiva. Cuando viene una persona joven, de 25 o 30 años, que se opera de miopía, hipermetropía o astigmatismo en principio le quitas las gafas, le has quitado las dioptrías. Eso se mantiene hasta que cumple los 45 o 50 años. Pero ese paciente va a seguir teniendo sus procesos de envejecimiento y con los años el cristalino va a hacer una catarata, igual que le ocurre a quien no ha tenido problemas antes.

¿Exagero si digo que la cirugía en la vista lleva décadas vigente?

Pues los primeros instrumentos para operaciones de cataratas los conocemos por los griegos. Se supone también que los egipcios lo hacían y sobre todo los indios que volteaban el cristalino y abrían de lado a lado. De hecho, la catarata es la primera causa de ceguera en el mundo. En nuestra sociedad tenemos la suerte de que podemos aplicar una técnica con una recuperación visual muy rápida para sustituir esa lente que se vuelve opaca.

Cuando alguien viene a operarse de cataratas, yo le digo que se opere un ojo y después que decida

Pero después de tantos años y avances, ¿sigue habiendo miedo?

Yo siempre le digo al paciente que a la cirugía hay que tenerle respeto, siempre. La técnica ha mejorado mucho, han disminuido las infecciones, ponemos antibióticos intracamerulares… hemos reducido los riesgos mucho, pero los pacientes cada vez son más mayores, tienen pluripatologías, y a veces en un paciente de estos la cirugía sale perfecta y en otro puede haber complicaciones. ¿Que esas complicaciones se producen en un porcentaje muy pequeño? Sí, pero las hay. Por eso, cuando una persona viene a operarse de cataratas yo le digo que se opere un ojo y después que decida. Lo que ocurre es que siempre vienen corriendo a hacerse el segundo.

Supongo que este tipo de intervenciones supone un vuelco en calidad de vida de la persona.

Mucho. Si preguntas a cualquier chico joven que se opera te dirá que es lo mejor que ha hecho. Piensa que el que tiene dos dioptrías de miopía, todavía puede ir por la vida con sus dos dioptrías. Ve mal por la noche pero todavía ve… Pero a partir de las cinco dioptrías no se ve nada, son bultos y luces. Entonces, piensa que de repente, de un día para otro, la recuperación visual es total. Provoca que el paciente se encuentre muy satisfecho y muy contento. Se olvida de las lentillas, de los líquidos, de depender de todo eso. Va a la playa y ve dónde está su toalla, no pierde de vista a sus hijos… Nuestra sociedad es visual, y olvidarse de gafas y lentillas para tener una buena calidad visual se valora mucho.

¿La cirugía vale para todos?

No todo el mundo se puede operar y en este tipo de cirugías, se hacen pruebas y el estudio previo es muy importante. Yo acabo la conferencia diciendo que no todo el mundo se puede operar, y para eso estamos, para decidir si se puede o no, y dónde están los límites.