Dr. Igancio Gallo, Cirujano Cardiovascular y Presidente de Policlínica Gipuzoa

LA SALUD DE CADA UNO

Editorial del Dr. Ignacio Gallo Mezo, Cirujano Cardiovascular y Presidente de Policlínica Gipuzkoa, en el Suplemento Mas Salud

En EEUU ya se habla de “Healthspan” frente al “lifespan”. Es decir, no sólo se trata de aumentar la esperanza de vida, que ya lo hemos logrado, sino que el reto está en lograr que esta prolongación de la vida venga acompañada de la ausencia de enfermedades. De ahí que un grupo de investigadores del Albert Einstein College of Medicine of Yeshiva University of New York, donde me formé e inicié mi carrera investigadora en cirugía cardiovascular en los setenta, están trabajando en entender la biología del envejecimiento, porque si lo logran, ello les permitirá poder prevenir muchas enfermedades.

 

Porque es verdad que hemos logrado alargar la vida pero no parece que hemos logrado asegurar una calidad de vida saludable para todos esos años. Por decirlo sencillo, aunque ahora es fácil poder llegar a los ochenta o incluso a los noventa años, la pregunta siguiente es ¿en qué condiciones? La idea sería lograr prolongar la vida con una población activa que no requiera muchos cuidados sanitarios y farmacéuticos. Para ello es preciso mantener jóvenes las células y el día que esto se consiga conquistaremos una nueva dimensión para la vida humana. Este es el reto. Lograr vivir con más calidad de vida y no simplemente alargar la vida pero con un gran deterioro físico, que es la situación mayoritaria en la actualidad.

 

Pero mientras los investigadores siguen con su trabajo, ¿qué podemos hacer nosotros? Con la edad, a las enfermedades que nos pueden acechar se les suman las propias de la edad y nos encontramos con que nuestro sistema sanitario (centros de salud, hospitales, gasto farmacéutico) tiene cada vez más dificultades para mantener el servicio que nos ha prestado de forma universal. Y nos piden que empecemos a tomar conciencia de nuestra gran responsabilidad, la de cada uno, en la gestión de su propia salud.
Porque el dilema que nos encontramos en nuestra sociedad es: ¿Cómo atender a nuestra población con la garantía de universalidad que deseamos, cada vez con más gasto, porque crece la población longeva que además es consumidora de  recursos socio-sanitarios? Ante este difícil escenario sólo existen dos alternativas: subir los impuestos para poder cubrir todas las necesidades o empezar a educarnos y modificar hábitos para procurar llegar a esa edad tardía en las mejores condiciones de salud. Esto pasa por ejercer un autocontrol saludable desde la edad adulta, por educar en estas conductas a nuestros hijos predicando con el ejemplo.
Pero tampoco se pasen. Los extremos nunca son buenos. Cada vez vemos más enfermos del deporte. Lesiones traumatológicas por abusos deportivos, delgadeces exageradas y comportamientos ansiosos que no ayudan a nada, por no hablar de los abusos incontrolados de consumo de combinados de proteínas para hacer músculo. Cualquier exceso se paga y el del deporte, también.

 

Los humanos venimos desde los tiempos del hombre primitivo de ser cazadores, nos va bien caminar a buen ritmo –mejor por suelo blando- pero los esfuerzos excesivos y continuados no son buenos. En todo caso, si está preparando cualquier prueba, le recomiendo que se haga un chequeo deportivo con prueba de esfuerzo. Además, vigile su pisada y no se prive de disfrutar en la mesa, pero recuerde: no puede ser domingo todos los días, ni agosto todos los meses.

 

¡Quiéranse un poco, háganme caso! Con un poco más de disciplina se sentirán mejor y cuando uno se siente bien se anima para seguir cuidándose. No hay como uno mismo para cuidar LA SALUD DE UNO.