Ana Arena, neurofisióloga de la Unidad del Sueño: “En los últimos años ha aumentado la incidencia del síndrome de retraso de fase del sueño por el uso de dispositivos tecnológicos”

“El uso de dispositivos, como el móvil, ordenadores, tablets… a última hora del día puede tener como consecuencia un síndrome de retraso de fase de sueño. La intensidad de luz de las pantallas afecta a la liberación de melatonina y retrasa los ritmos circadianos si su uso es diario”, asegura Ana Arena, neurofisióloga de la Unidad del Sueño de Policlínica Gipuzkoa.

“En los últimos años ha aumentado la incidencia del insomnio en jóvenes de 16 a 32 años, especialmente del síndrome de retraso de fase (SDRF), alteración del ritmo circadiano del sueño, que se caracteriza por mantener de forma crónica un horario de acostarse y levantarse retrasado en relación al deseado. La duración y calidad del sueño es normal pero en horarios de inicio de sueño entre la una y las seis de la mañana y un despertar muy tardío. Su prevalencia es del 7-8% en adolescentes”, asegura la neurofisióloga de la Unidad del Sueño de Policlínica Gipuzkoa, Ana Arena.

En palabras de la especialista, “el ocio online facilita que las ‘malas costumbres’ de horarios de sueño se generalicen entre los jóvenes ya que es a última hora del día cuando juegan online, utilizan redes sociales, móvil… y lo hacen hasta la madrugada”. “Un uso crónico de dispositivos a última hora del día puede tener como consecuencia un síndrome de retraso de fase de sueño. Este síndrome se relaciona con un uso excesivo de la TV/ordenadores/tablets en horarios tardíos. La intensidad de luz de las pantallas afecta a la liberación de melatonina y retrasa los ritmos circadianos si su uso es diario”, afirma Ana Arena.

Consecuencias de un mal descanso

“La mayor consecuencia es que al retrasarse la fase de sueño son incapaces de levantarse a una hora temprana, duermen pocas horas y esto dificulta un buen rendimiento diurno siendo la somnolencia más pronunciada en la primera mitad del día –asegura la neurofisióloga-, estos horarios se hacen incompatibles con los estudios o trabajos en horarios convencionales”.

“Las consecuencias de un mal descanso son múltiples, desde un mal rendimiento escolar o laboral, irritabilidad, mayor riesgo de accidentes, hasta efectos negativos en la salud”, asegura Ana Arena quien añade “los tratamientos para los problemas de conciliación del sueño, comienzan con unos buenos hábitos de sueño, de alimentación y de ejercicio regular. Si con esto no es suficiente, en el caso de las patologías relacionadas con el ritmo circadiano como el SDRF se utiliza la cronoterapia, la fototerapia y la administración de Melatonina”.

La neurofisióloga de Policlínica Gipuzkoa enumera seis consejos para descansar bien:

  1. Mantener horarios regulares de sueño.
  2. Evitar la cafeína o nicotina durante la tarde.
  3. Evitar los ordenadores en las horas previas a acostarnos.
  4. Evitar la luz intensa por la noche. Exponernos a la luz al despertar, preferiblemente natural.
  5. En la medida de lo posible no realizar ejercicio físico a última hora de la tarde-noche.
  6. No leer, escuchar la radio, utilizar móviles, TV…en la cama.