La neuróloga Marina Iridoy

24 de mayo Día Internacional de la Epilepsia: 7.200 personas sufren epilepsia en Gipuzkoa

Se estima que en el mundo hay 50 millones de personas con epilepsia. La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta a personas de todas las edades. ¾ partes de los que sufren esta patología no reciben el tratamiento que necesitan.


El próximo domingo, 24 de mayo, se celebra el Día Internacional de la Epilepsia, una enfermedad neurológica que se caracteriza por una alteración del cerebro y que tiene una predisposición mantenida a generar crisis epilépticas. Aproximadamente, en Gipuzkoa, 7.200 personas sufren esta enfermedad, que puede aparecer en cualquier edad, tanto en ancianos como en adolescentes.

Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que en el mundo hay 50 millones de personas con epilepsia y tres cuartas partes de los que sufren esta potología no reciben el tratamiento que necesita.

Las crisis epilepticas no son todas iguales y varían según en la parte del cerebro que se desarrollen. “En la práctica clínica nos basamos en la dicotomía clásica, diferenciándolas en una primera instancia, en crisis focales versus generalizadas”, explica la neuróloga de Policlínica Gipuzkoa, Marina Iridoy, “no todas las epilepsias son iguales y las podemos diferenciar según la causa que las esté provocando, para buscar un tratamiento eficaz y personalizado a cada paciente”, añade.

Signos y síntomas

Las características de los ataques son variables y dependen de la zona del cerebro en la que empieza el trastorno. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento, y trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de la función mental.

Las personas con convulsiones tienden a padecer más problemas físicos, tales como fracturas, hematomas, mayor tasa de otras enfermedades o problemas psicosociales y de trastornos tales como la ansiedad o la depresión.

Diagnóstico y tratamiento

La neuróloga Marina Iridoy explica que “para poder diagnosticar la epilepsia nos basamos fundamentalmente en tres pilares, la evaluación clínica, el electroencefalograma y la resonancia magnética craneal. Los mayores avances de los últimos años en este campo han sido la implantación de la monitorización mediante video-electroencefalograma prolongado”.

“Respecto al tratamiento de la epilepsia, existen numerosos fármacos antiepilépticos, cuya indicación dependerá del tipo de epilepsia que presente el paciente y de la co-morbilidad asociada, siempre haciendo un tratamiento personalizado a cada paciente”, afirma la neuróloga.

“Cuando un paciente presenta una epilepsia fármaco-resistente, se podría plantear la cirugía, pero no todas las epilepsias pueden tratarse mediante cirugía y es por ello que estos pacientes deben ser estudiados previamente para confirmar así si podrían beneficiarse de dicha intervención o no”, concluye Iridoy.